Una de las principales ventajas de estas subastas es el precio final del inmueble. Todo dependerá de cómo transcurra la subasta, pero puede haber rebajas de entre el 40 y el 65% sobre el precio actual del mercado.
La otra cara de la moneda es que, normalmente, no puedes ver por lo que estás pujando. Ni si tiene alguna deuda asociada con la comunidad o algún impuesto sin pagar. O si vive alguien actualmente en el piso.
Sí puedes hablar con los vecinos, por si tuvieran alguna información. O pedir una nueva nota simple en el Registro, para comprobar si tiene alguna deuda impositiva o de la comunidad de vecinos. El portal de subastas del BOE publica toda la información registral del inmueble, pero no da muchos más datos.
Los pisos embargados que salen a subasta son una muy buena oportunidad de conseguir un piso a un precio muy bajo. Aunque el procedimiento puede resultar algo engorroso, y puede conllevar algún riesgo comprar algo sin saber cómo es o si tiene deudas, la rebaja obtenida puede superar con creces a los inconvenientes.
El proceso se realiza online a través del portal de subastas del BOE, que comenzó a funcionar en 2015. Tendrá que iniciar la sesión con su certificado digital o a través del sistema eGovernment Cl@ve o através de usuario y contraseña.
En el portal de subastas, puede ver los anuncios publicados por provincia seleccionando la zona en el mapa o utilizando el menú desplegable de la web.
La subasta comienza en cuanto se publica el anuncio. Entonces es el momento de depositar el 5% del precio de la propiedad. Una vez que haya pagado esta cantidad, recibirá un recibo con todos los detalles de la transacción.
El resultado de la subasta se anunciará 20 días después del anuncio. Si gana, deberá pagar el 95% restante en un plazo de 40 días. Si rechaza el precio, perderá la fianza.