Desde muy pequeño seguro que has oído a tus padres la frase ” hijo, ahorra, que el que de viejo no trotea.. de viejo galopea”. Las generaciones anteriores han venido educándonos con la idea de trabajar, tener un sueldo digno para tener una buena vejez en nuestra jubilación y una vida acomodada y sin sobresaltos, es decir, a ser un buen hombre con la cabeza bien amueblada.
A pocas décadas de la sufrida Guerra Civil del 36, todavía quedan resquícios en muchas familias de lo que fué pasar penurias económicas y la educación española tradicional todavía se resiente de educaciones excesivamente conservadores bajo los miedos y temores.
La mentalidad y el concepto de la palabra ” invertir” dista mucho actualmente de aquella época donde las mentes progresistas poco abundantes caían en la locura de arriesgar hasta el peine por un negocio fructífero.
Nadie hablaba entonces de la palabra ” invertir ” como aquello a lo que dedicas tiempo o donde focalizabas tus atenciones y esfuerzos. Pues bien, hoy hablamos de invertir en tí, de invertir en salud, de invertir en tus amistades y entorno, invertir en conceptos mucho más avanzados muy por encima de satisfacer la primera fase de la Pirámide de Maslow, tema tan preocupante en aquella postguerra como era el sobrevivir y llevarse un pedazo de pan a la boca.
Para los aventajados como siempre, estas situaciones críticas económicas radicales siempre han posibilitado hacer al rico más rico y al pobre aún más pobre pero sí que es verdad, que los hemos montado en la rueda de la ” revolución digital” dejando por obligación de ser ya analógico. Tal es el punto, que no tardando mucho los pulgares de los niños al nacer aparentarán cucharillas más que otra cosa por la avidez y el manejo con los smartphone y otro dispositivos.
¡Avanza! te diría…. que el ser humano por condición del ser, si no evoluciona, no es que se estanca, sino que retrocede, lección de Antropología grabada a fuego y bien cierta.
Mentes despiertas como gurús en los mundos inquietos del desarrollo profesional y personal ya te advierten que debes de pensar fuera de la caja, que no vale solo con hacer lo que venías haciendo, que no sirve con ” vegetar ” y dejarte llevar y nadar sin rumbo en el tiempo, que venimos para trascender, que alguien te preguntará al final de camino ” qué has hecho que merezca la pena “, es decir, ¿habrás sido tu mejor opción? ¿has cambiado tu entorno con tu aportación? ¿ te has superado cada día? ¿te has conformado con tan sólo sobrevivir?
Ahora te pregunto: ¿estás contento con tu vida? ¿que objetivos te has marcado a corto plazo? ¿cual es tu proyecto de vida? ¿cuándo vas a atreverte a ser valiente y cumplir eses sueño profesional con el que siempre soñaste? ¿ te atreves?
Conmigo, podrás cumplir tus sueños, esa casa tan soñada, ese negocio donde te viste tantas veces, esos objetivos que para ti siempre fueron impensables. Sólo tienes que creértelo y visualizarlo una y otra vez con una sonrisa y con energía positiva. Porque estará mucho más cerca de lo que imaginas.
La mentalidad americana dista mucho de la española. En Estados Unidos, cuando alguien fracasa, se cuelga una medalla y pregona sus fracasos a los cuatro vientos y lo comparte con los demás. Reconocen que es una experiencia positiva para aprender y superarse de nuevo. Aquí en España, nos cuelgan el San Benito mientras nos despellejan y nos tachan de ineptos. Parece ser que un fracaso al otro lado del charco es más que avergonzante; cosas de estereotipos educativos sin fundamento lógico.
Circula por ahí el dicho que uno no se hace rico, hasta que no se arruina dos veces en su vida. Pues bien, si la bancarrota es algo temporal, la pobreza que es cuestión de aptitud es eterna.
Personajes sobradamente conocidos como Nike, The Beatles, Disney, Edisson y otros muchos lucharon por su sueño, por su creencia ciega, por su proyecto de vida o de negocios.
¿Tú no piensas hacer lo mismo? Te aseguro que es altamente gratificante, sobretodo para tí. Atrévete, nada tienes que perder.
Siempre he estado muy cerca de las preocupaciones y de las inquietudes de las personas, es algo que me inquieta y me apasiona. Quizás sea por los 23 años que llevo dedicándome a ellas en un mundo tan inquietante y enriquecedor que hace que cada día me inspiren. Porque amo mi profesión y a los amigos que me ha regalado. Quizá porque el sector inmobiliario, el de las inversiones y las finanzas están estrechamente relacionado con eso, con los miedos, con los negocios, con los éxitos y los fracasos que nos alimentan de experiencia. La experiencia, el bien más preciado junto con el tiempo.
Se agradecido con la vida y aprovéchala por favor, otros mientras…
sufren luchando por sobrevivir.
Cristina Moriones.
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